Análisis sobre EDGAR MORIN

LOS SIETE SABERES NECESARIOS DE LA EDUCACION DEL FUTURO

1. Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión.

Básicamente consiste en que esa educación del futuro debe mostrar que no existe conocimiento que no esté, en alguna medida, amenazada por el error y la ilusión. Esto en contraposición al actual sistema que intenta proteger su conocimiento del error y la ilusión desconociendo que las mismas tienen múltiples posibilidades de ilusión y error que proceden del exterior cultural   y social y del interior que por lo general pueden permanecer agazapadas.
La racionalidad es el mejor guardafuego contra el error y la ilusión, pues es abierta y se reconoce insuficiente a la vez que es autocritica, mientras la racionalización es cerrada.
El conocimiento del conocimiento debe presentarse para la educación como un principio y una necesidad permanente, y las ideas como una inagotable fuente de lo nuevo de cual nunca podemos predecir, pero que podemos contar con su llegada.  
Mi punto de vista:
Considero que el conocimiento si tiene determinados márgenes de error e ilusión, claro está, el conocimiento humano, pues esas son características de los seres humanos el error y la ilusión y todo lo proceda de nosotros estará permeado de esas deficiencias, pero que a la vez, pueden ser combatidas más eficazmente con herramientas como la racionalidad.



2. Los principios de un conocimiento pertinente.

Este saber tiene como base el alcanzar un conocimiento de los problemas clave del mundo, por eso la educación del futuro se ve confrontada a este problema universal, ya que existe una inadecuación cada vez más amplia, Como consecuencia, la educación debe promover una "inteligencia general" apta para referirse al contexto, a lo global, a lo multidimensional y a la interacción compleja de los elementos. Esta inteligencia general se construye a partir de los conocimientos existentes y de la crítica de los mismos. Su configuración fundamental es la capacidad de plantear y de resolver problemas.

 

3. Enseñar la condición humana

Todos debemos reconocernos en una humanidad común y al mismo tempo, reconocer la diversidad cultural inherente a todo lo malo. Conocer el ser humano es situarlo en el universo y al mismo tiempo, separarlo de él. Al igual que cualquier otro conocimiento, el del ser humano tambien debe ser contextualizado. Quienes somos es una cuentión  inseparable de dónde estamos, de dónde venimos y a d'onde vamos.

4. Enseñar la identidad terrenal

La historia humana comenzó con una dispersión, una diáspora de todos los humanos hacia regiones que permanecieron durante milenios aisladas, produciendo una enorme diversidad de lenguas, religiones y culturas. En los tiempos modernos se ha producido la revolución tecnológica que permite volver a relacionar estas culturas, volver a unir lo disperso. La perspectiva planetaria es imprescindible en la educación. Pero, no sólo para percibir mejor los problemas, sino para elaborar un auténtico sentimiento de pertenencia a nuestra Tierra considerada como última y primera patria. El término patria incluye referencias etimológicas y afectivas tanto paternales como maternales. En esta perspectiva de relación paterno- materno- filial es en la que se construirá a escala planetaria una misma conciencia antropológica, ecológica, cívica y espiritual. "Hemos tardado demasiado tiempo en percibir nuestra identidad terrenal", dijo Morin citando a Marx ("la historia ha progresado por el lado malo") pero manifestó su esperanza citando en paralelo otra frase, en esta ocasión de Hegel: "La lechuza de la sabiduría siempre emprende su vuelo al atardecer."
 

5. Enfrentar las incertidumbres

Todas las sociedades creen que la perpetuación de sus modelos se producirá de forma natural. Los siglos pasados siempre creyeron que el futuro se conformaría de acuerdo con sus creencias e instituciones. Pero la incertidumbre no versa sólo sobre el futuro. Existe también la incertidumbre sobre la validez del conocimiento. Y existe sobre todo la incertidumbre derivada de nuestras propias decisiones. Una vez que tomamos una decisión, empieza a funcionar el concepto.
Nos hemos educado aceptablemente bien en un sistema de certezas, pero nuestra educación para la incertidumbre es deficiente. En el coloquio, respondiendo a un educador que pensaba que las certezas son absolutamente necesarias, Morin matizó y reafirmó su pensamiento: "existen algunos núcleos de certeza, pero son muy reducidos.

 

6. Enseñar la comprensión

La comprensión se ha tornado una necesidad crucial para los humanos. Por eso la educación tiene que abordarla de manera directa y en los dos sentidos: a) la comprensión interpersonal e intergrupal y b) la comprensión a escala planetaria. Morin constató que comunicación no implica comprensión.
Ésta última siempre está amenazada por la incomprensión de los códigos éticos de los demás, de sus ritos y costumbres, de sus opciones políticas. A veces confrontamos cosmovisiones incompatibles. Los grandes enemigos de la comprensión son el egoísmo, el etnocentrismo y el sociocentrismo. Enseñar la comprensión significa enseñar a no reducir el ser humano a una o varias de sus cualidades que son múltiples y complejas.
 la educación del futuro deberá asumir un compromiso sin fisuras por la democracia, porque no cabe una comprensión a escala planetaria entre pueblos y culturas más que en el marco de una democracia abierta.
 

7. La ética del género humano

Además de las éticas particulares, la enseñanza de una ética válida para todo el género humano es una exigencia de nuestro tiempo. Morin presenta el bucle individuo - sociedad - especie como base para enseñar la ética venidera.
En el bucle individuo- sociedad surge el deber ético de enseñar la democracia. Ésta implica consensos y aceptación de reglas democráticas. Pero también necesita diversidades y antagonismos. El contenido ético de la democracia afecta a todos esos niveles. El respeto a la diversidad significa que la democracia no se identifica con la dictadura de la mayoría.
En el bucle individuo - especie Morin fundamenta la necesidad de enseñar la ciudadanía terrestre. La humanidad dejó de ser una noción abstracta y lejana para convertirse en algo concreto y cercano con interacciones y compromisos a escala terrestre.
Morin dedicó a postular cambios concretos en el sistema educativo desde la etapa de primaria hasta la universidad: la no fragmentación de los saberes, la reflexión sobre lo que se enseña y la elaboración de un paradigma de relación circular entre las partes y el todo, lo simple y lo complejo. Abogó por lo que él llamó diezmo epistemológico, según el cual las universidades deberían dedicar el diez por ciento de sus presupuestos a financiar la reflexión sobre el valor y la pertinencia de lo que enseñan.
 

 

 
 

EDITADO POR: LUZ FAJARDO-- WENDY HOYOS